Riesling Vs. Torrontés: Dos vinos blancos emblemáticos con mucho en común

May 20. 2021

Una copa de vino blanco, de amarillo pálido. Aromas florales, con notas cítricas y de frutas de carozo. En boca, se trata de un vino ligero con muy buena acidez, y con un dulzor casi imperceptible y muy bien equilibrado. Una descripción que, dependiendo en qué lado del planeta nos encontremos, podría asociarse tanto a un Torrontés como a un Riesling seco.

Ambos vinos provienen de culturas vitivinícolas muy diversas, y sin embargo también guardan muchas cualidades en común. El Torrontés, es la cepa emblemática de Argentina, mientras que el Riesling lo es de Alemania.

Ambas cepas son cultivadas en condiciones climáticas muy distintas, incluso sus procedencias genéticas son bien diferentes. Así y todo, pueden compartir no solo un valor simbólico de representación de un país, sino unas cuantas características organolépticas.

Pero, para conocerlas mejor, hablemos primero de sus diferencias:

En cuanto a los orígenes y antepasados de cada una, es decir el Pedrigree, podemos decir que una de las teorías más probadas es que el Riesling proviene genéticamente del Gouais Blanc (una de las uvas más antiguas y prolíferas del Oeste de Europa). Pero como a su vez el Gouais Blanc tiene relación genética con casi otras ochenta cepas (entre ellas Chardonnay o Gamay Noir), no sería mentira decir que el Riesling es una cepa “media-hermana” de muchas cepas más. Su mención en la historia, además, es bastante más previa a la del Torrontés.

Orígenes:

En cuanto al Torrontés, se trata de una uva que debe mucho de su desarrollo a los Jesuitas que a partir del S. XVII habitaron suelo argentino. Ellos elaboraban vinos con dicha uva, y reconocían en ella una particularidad especial.

Si bien su nombre es Torrontés, no guarda relación genética con el conocido Torrontés español. Esta clasificación es mas bien producto de una necesidad de historiadores e ingenieros agronómos de la época en denominar esta nueva uva con algo ya conocido. Durante muchos años, sus vides crecieron de manera silenciosa junto a otras cepas, hasta que por el año 1850 empezó a distinguirse como una cepa diferente. Su Pedrigree señala que proviene de un entrecruzamiento genético entre una variedad de uva “criolla chica” (o Listan Prieto) y la uva italiana Moscatel de Alejandría.

Maduración y climas:

También el tipo de maduración de estas uvas es diferente, lo que explica en parte que cada una se adapte a condiciones climáticas tan diversas.

El Torrontés es una cepa de maduración temprana, que ofrece lo mejor de sí en climas secos, con mucho sol, marcada amplitud térmica, y alturas que pueden llegar a los 2400 metros sobre el nivel del mar. La mejor expresión del Torrontés se da en el valle de Cafayate, en Salta, en la región Noroeste de Argentina, con los viñedos de mayor altura de este país.

El Riesling es en cambio una cepa de maduración media a tardía. La mayoría de los viñedos en Alemania se desarrollan en un clima continental frío, a excepción de viñedos como los que se encuentran al sur de la región de Baden, que son bastante más cálidos. Marcada por veranos húmedos, la gran variación climática que poseen la mayoría de las regiones de Alemania, genera cada año diferencias de calidad y cantidad en los vinos que produce. Dado que el Riesling expresa muy bien el terroir donde crece, puede ser difícil generalizar acerca de su carácter y aroma.

Superficie cultivada:

También las cantidades cultivadas marcan una diferencia. Mientras que en Argentina existen hoy casi 10.000 hectáreas plantadas de Torrontés (solo un poco más del 5% de la superficie cultivable de ese país), en Alemania existen más de 24.000 hectáreas plantadas de Riesling, siendo éste país el encargado de producir el 40% del Riesling mundial.

En el caso del Torrontés, y dejando de lado las diferencias en superficies plantadas, lo que sí podemos asegurar es que Argentina es la única responsable de producir esta uva: al ser una cepa autóctona de este país, no podremos encontrarla en ninguna otra parte del mundo. Existen tres variedades de Torrontés (Torrontés Sanjuanino, Torrontés Mendocino y Torrontés Riojano). Es a partir del Torrontés Riojano que se producen los vinos de mejor calidad, y los más reconocidos tanto en el mercado local argentino, como en el internacional.

Potencial de guarda:

En cuanto a su potencial de guarda, existen en el mercado algunos vinos argentinos Torrontés que tienen paso por barrica, y esto les posibilita un potencial de guarda algo superior a los de la gran mayoría, elaborada sin envejecimiento en barricas. No obstante, esto no se compara con el enorme potencial de guarda y envejecimiento que tiene la uva Riesling, capaz de producir vinos, tanto dulces como secos, que pueden ser disfrutados luego de muchos años posteriores a su cosecha.

Coincidencias a más de 11.000 Km. de distancia

Identidad:

Como ya lo hemos dicho, lo primero que comparten ambos vinos es representar un país. Tanto Riesling para los alemanes como Torrontés para los argentinos, son esos vinos que deseamos darle de probar a quienes nos visiten; esperando que esa persona se deleite con nuestra invitación. Y en la mayoría de las veces, quien viniendo de tierras lejanas prueba un Riesling o un Torrontés, se convierte rápidamente en un amante de estos vinos.

Vinos secos y vinos dulces:

Ambas cepas, Torrontés y Riesling, son susceptibles al moho y a la Botritiz, aunque el Riesling lo es en menor medida que el Torrontés.

La otra coincidencia interesante es que ambas uvas son capaces también de producir versiones dulces de sí mismas. No ahondaremos aquí en la importancia que tiene la clasificación de los vinos alemanes respecto del azúcar residual, pero sin dudas pueden hacerse vinos con todos los niveles de dulzor a partir de la uva Riesling, y todos igual de maravillosos. En el caso del Torrontés, sus versiones de “cosecha tardía” son vinos ideales para acompañar postres, o bien para beber como aperitivo.

Época del año y temperatura de servicio:

Ambos vinos comparten también la sugerencia en la temperatura de servicio, que va desde los 9°C a los 12°C, y lo que los hace especialmente disfrutables en la estación primavera-verano.

Monovarietales y blends:

Si bien existen blends interesantes con ambas uvas, y aunque esto es solo una opinion subjetiva, tanto de Riesling como de Torrontés son más disfrutables en vinos monovarietales; es decir vinos compuestos por una misma cepa. Como ya dijimos, esto se debe a que ambas cepas se expresan de manera muy diferente según el terroir donde se desarrollan. De esta manera, el mercado de vinos blancos Riesling y de vinos blancos Torrontés es inagotable.

Aromas:

El Torrontés puede tener a veces aromas de fruta de carozo, pera, melón y Muscat. Asimismo, y dependiendo de qué región provenga, un Riesling también podría contener varios de estos descriptores.

Si pensamos por ejemplo en los vinos Riesling de la clasificación Kabinett, podemos decir que los secos tienen cuerpo liviano, alta acidez, y en boca pueden saber tanto a manzana verde como a cítricos.

Si hablamos en cambio de la clasificación Spätlese, se trata de vinos más dulces, con más cuerpo, más cítricos, y notas de fruta de carozo como damasco y durazno. De igual manera, muchos de estos descriptores también podrían hablar de un Torrontés.

En resumen, existen descriptores aromáticos particulares, tanto para el Torrontés como para el Riesling. Pero también es válido decir que ambas cepas comparten varias características organolépticas, como por ejemplo un rango aromático que va de floral a lo cítrico.

Después del avión, el vino es la mejor manera de viajar lejos, de conocer la identidad de un país y de descubrir qué tan cerca podemos estar de una cultura; incluso cuando pensamos sólo en nuestras diferencias. Riesling o Torrontés. Torrontés o Riesling. No importa lo que elijamos, ni cuan cerca o lejos estemos de nuestra patria. Siempre habrá un vino para acompañar cada uno de nuestros momentos.

Gabriela Malagraba / @mividaenvinos

Loading RSS Feed